Alliance elige a CWT como socio preferente
La cantidad de tecnología que se emplea en cualquier centro moderno de producción de señales es abrumadora. Por ejemplo, impresoras de gran formato que utilizan avanzadas tecnologías de tinta para producir materiales gráficos en color de forma rápida y sencilla. O bien plotters con tecnología óptica para cortar bandas adhesivas y materiales gráficos en un tiempo récord y con increíble precisión. Hasta el más modesto laminador emplea rollos de apoyo, controles de presión y elementos calefactores que agilizan la tarea, haciéndola más fácil que nunca. La espátula limpiacristales, la cinta protectora y la mesa de trabajo de madera que pusieron en marcha nuestro sector siguen desempeñando un papel tan importante que a veces damos su presencia por descontada.
Agiliza nuestra tarea y la hace más fácil que nunca
«No tuve mas remedio que prestar atención».
Olvídese de todo eso, porque una de las principales tecnologías emergentes de 2016 y 2017 está transformando nuestra percepción de uno de los elementos más inamovibles de nuestras instalaciones. Las mesas de instalación de rodillos llevan ya unos cuantos años con nosotros y, para ser sinceros, lo primero que pensé al ver una de ellas fue: «Bueno, supongo que no está mal para alguien que trabaja en un garaje y no tiene laminador». Luego me enteré de que algunas de ellas costaban más de 10 000 dólares y supuse que, una vez pasado el factor sorpresa, seguirían el mismo camino que el resto de herramientas hipermodernas de señalética que hemos visto aparecer a lo largo de estos años. ¿De verdad que esa mesa podía costar 14 000 dólares? Y sin embargo, todos los centros profesionales se apresuraron a hacerse con una, así que cuando empezaron a llegar las opiniones no tuve más remedio que prestar atención.
«Les sitúa como líderes actuales de la tecnología de mesas de instalación».
Tras examinar distintas propuestas fue CWT, una compañía sueca que distribuye sus mesas a través de Amcad Graphics, en Texas, la que se perfiló como estrella del partido. Una combinación de construcción duradera, la calidad de sus componentes y la atención al detalle les sitúa como líderes actuales de la tecnología de mesas de instalación. En estos momentos estamos probando su modelo 1640 Premium, que aquí en Columbia se ha convertido rápidamente en favorito de los empleados. Aparte de la mesa básica, el modelo Premium incluye un rodillo alimentador, ledes para uso como mesa de luz y alineamiento gráfico, así como una serie de herramientas manuales muy cómodas. La estamos probando con el compresor de aire que vende Amcad con el dispositivo, pero sirve cualquier compresor. En todo caso, se trata de un compresor muy poco ruidoso, y hasta el momento ha sido muy fiable.
Para empezar, olvidemos el mito de que esto no es más que una mesa, o un simple laminador. Es un multiplicador de fuerzas. En diecisiete años he colocado mucho vinilo y mucha cinta de transferencia. He probado todos los métodos, todos los trucos, todos los dispositivos que han caído en mis manos. Este es el mejor; no hay duda, y no hay discusión posible. Nunca he visto un proceso tan infalible, tan rápido, tan mecanizado. Pon tus materiales en su sitio, pulsa un botón para que caiga el rodillo neumático, pon primero una cara y luego la otra. Sin cinta, sin tijeras, sin cambios de material ni arrugas, y francamente, sin fallos. Por ponerlo en perspectiva, hemos realizado casi trescientos proyectos utilizando esta mesa, y la han probado veinte o más empleados con diversos grados de experiencia (entre ellos nuestro valiente jefe, Ray Palmer). Cero pérdidas. Cero. Desde un letrero de aparcamiento de vinilo cortado con cinta hasta una lámina entera de cuatro por ocho de fina película impresa: todo fue aplicado con rapidez y sin errores.
«Un 37 % más de trabajo con menos fallos».
La reducción de desperdicios no es el único truco que presenta; donde empieza a tener sentido a nivel monetario es en el plano de la productividad. Hemos calculado un 23 % de aumento de velocidad en nuestros empleados más experimentados; empleados que son imbatibles con un laminador o una espátula limpiacristales. Pero el mayor cambio lo hemos visto con el personal menos veterano, empleados que están aprendiendo los procesos y los problemas que van surgiendo. Y hemos observado un increíble aumento del 37 %. Imagínate que un empleado que acabas de contratar, sin ninguna experiencia fabricando carteles, produce un 37 % más de trabajo y con menos fallos. Ahí fue cuando la máquina me convenció del todo. He formado a muchas personas a lo largo de los años y los he visto luchar con el manejo apropiado del material, luchar con el laminador, y quedarse frustrados tras haber desechado impresiones y sustratos perfectamente válidos. El valor de la CWT reside en su capacidad para hacer que los nuevos empleados sean productivos y eficaces y tengan confianza en sí mismos en un plazo de tiempo que nunca imaginé posible, logrando también que los empleados veteranos sean más eficientes.
Eso no quiere decir que no tenga sus puntos débiles. Como laminador, tiene algunos inconvenientes si la comparamos con una máquina fabricada expresamente para ello. Las tiradas largas siempre serán el terreno favorito de un dispositivo de rollo a rollo, mientras que con la CWT hay que limitar el material gráfico a la longitud de la mesa. Para decoraciones de pared, vehículos, etc. puede ser un poco trabajoso si lo comparamos con cargar un rollo de cincuenta metros y hacerlo todo de una sola pasada. El calor es otro aspecto curiosamente ausente en este rodillo, con el resultado de que el tono es un poco más plateado del que estamos acostumbrados. Pero por otra parte, ¿con cuánta frecuencia laminamos tiradas larguísimas de material gráfico? En opinión de muchos centros profesionales, los laminados de más de tres metros apenas llegan al 10 % de sus encargos. Para un centro que ya está en marcha, es evidente que no va a deshacerse de su máquina de rollo a rollo, de modo que la funcionalidad se queda en casa.
«Te habría mirado como si tuvieras dos cabezas».
Si hace un año me hubieras preguntado si alguna vez te iba a recomendar una mesa que costaba casi tanto dinero como tu impresora, te habría mirado como si tuvieras dos cabezas. Pero después de utilizar la CWT 1640 durante noventa días, me he convertido a la causa. Y tras hacer números, me atrevo a decir que un centro que NO se haga con uno de estos aparatos está cometiendo un error. CWT y Amcad Graphics van a asistir a nuestra convención de Tucson; os animo a pasaros por su puesto y probar esta mesa. Estoy seguro de que una vez que hayáis usado este aparato, al volver a vuestro centro ya no os gustarán tanto vuestra queridísima espátula y vuestro fiel laminador.